Seis novillos de Montealto (Domecq), impecables de presentación, mansos, descastados, con genio bravucon que desaparecia despues de los primeros pases para acabar convirtendose en marmolillos, una autentica exhibición de sacos de carne.
Los novilleros poco pudieron lucirse ante semejante material, hicieron los suficiente para demostra que tenian oficio, el oficio del toreo moderno y sin verdad alguna demostraron T. Duffau y Lopez Simon vocacion de pegapases en espera de vivir de los toros pero como si fueran sopa boba.
Otro oficio si no se estropea demostró el mexícano Sergio Floresd algo verde quiza, tampocode masiado y valiente a carta cabal y con un concepto del toreo de verdad, de hecho fue lo unico que salvo de la novilla, almargen de la habilidad con el estoque de los tres actuantes.
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