Pepecarlos Fernández, conde de Estradas, es un aficionado de nuevo cuño, nuevo en esta plaza, en la que cobra protagonismo -y está sin embargo más visto que Carracuca- no hace más de un lustro. Sin experiencia suficiente como para distinguir una retinta extremeña, pongamos por la capa, de una de Urcola, cuatro manidos tópicos ganaderos al uso y para usted de contar: un día le dije de una vaca que estaba "jorra", y alucinó su excelencia.
No ha visto por otra parte torear a los grandes toreros de antes de principios del siglo XXI, obligada asignatura para la gente de su edad,
y se encuentra entre el grupo de humano de los "orejeros", de los que oyen campañas,no es otro cosa que un vulgar papagallo.
Pero eso no es malo para nadie excepto para el propio orejero, ridículo personaje en sociedad, que suele tener el desprecio absoluto del resto de los expertos en la materia que sea, y parte de aquellos que no lo son.
Aí, lo malo de este elemento es que se atreve a hacer crónicas de un acontecimiento desde la ignoracia supina, prestándose al ridículo total, y, si no le hubiera una plantado cara en su robustiano ataque que llegó a tambalearme, lo tendríamos de conferenciante de escenario en escenario. Ya debutó por todo lo alto hace unos años en El Escorial y en un bolo de Linares, y en Linares no te pares porque cinco huevos forman dos pares, ando refranera, qué le vamos a hacer, fue y dijo que el tendido 7 de la plaza de Madrid no "es un tendido, sino una forma de vivir" y llevaba el jambo una simple feria abonado a aquellos territorios. Minados territorios a tope, por donde anda más perdido que un pulpo en un garaje aunque él se crea ubicado y se encuentre en su salsa entre la plebe como el FALSO desclasado que es.
La novilla de la que hablamos fue interesantísima, lo digo yo, así que es la palabra de este primerizo espectador contra la mía, pero es que vienen los Salmonetes, se marca Márquez ese pedazo de artículo, y pone la opinión del pobre señor conde a la altura de betún.
Si se pudiera hacer la prueba, sería magnífico, dejar al corrupto (taurinamente) de José Carlos Fernández-Villaverde y Silva solo como la una viendo un festejo cualquiera, y que luego y sin hablar con nadie nos hiciera crónica del mismo.
Mire que es usted largo, Caballero, pues exactamente igual que este domingo pasado durante la novillada de Javier Molina, su excelencia estaba sentado en el tendido en compañía del G10 del 7, y en el caso concreto de la de Zacarías Moreno, recuerdo, codo con codo con el Rosco del que obviamente no puedo decir que le dictara el texto sobre el ganadero serrano porque no lo oí, sí lo vi.
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Lo terrorífico para su persona, la del Pepeflus, es que no se puede ir de ahí ni aunque quisiera por muchos acontecimientos que vendrán y el cisma llegará, ni menearse puede, tiene que seguir siendo el monigote del pimpampúm para estos salvajes, su botones, su mono de feria, el subalterno cobista este estúpido Juanito Santa Cruz de semejante chusma, porque los de la pícara chusma, más lista y rodada que este atormentado personaje, le tienen trincado por los mismísimos "chanrros" (del caló).
La condesa de Estraza
ahora que comience a comentar la Aristocracia sacando la cara por Pepe Carlos,
y nos reímos otro rato.
CONDE LUCANOR
Como ya no tiene gracia al haber sacado usted mi comentario en portada, pues estaba puesta como muletilla por si metía la cara alguno y escogí una palabra para ello que no hubiera dudas de que cometía una falta de ortografía servidora con esa doble ele, ll, de papagallo, quiero corregirla lógicamente por papagayo.
ResponderEliminarCaballero, ¿vivirá Opsen, mi mentorante corrector? Es que algún gallito de otro tiempo, parece como si se lo hubiera tragado la tierra, tanta lengua para luego verse obligado a salir huyendo con el rabo entre la piernas.
La condesa de Estraza
Ah, y chanrrós -del caló- lleva acento en la o, por si le interesa a alguien las lenguas clásicas.
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
Pues no lo se, pyuede haber muerto, o marchado a Alemania, veo unas entradas diarias de Baden Wutenburg que es por donde se movia, y tambien hay entradas regulares de Santiago (Chile) puede estar bajo tierra o escondido en alguna parte, vaya pajaro Opsen y el tiempo que me tuvo engañado.
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