Pero no salen reflejados en post tomografía los que nombra Doña Elena también salen sin ser nombrados otros muchos, que son los canceres que una buena tomografía pone de manifiesto, no es un post para leerlo rápido ni en el autobús, es un post para leerlo sentado ante un café u una copa de cognac no muy llena pero tampoco que de la sensación de faltar por avaricia, y leerlo despacio asimilándolo y degustandolo como al mismo tiempo y por otros sentidos se degusta el café acompañado de la buena copa de cognac de calidad, para no desmerecer la altura de la lectura.
Me voy a quedar con las ganas de matizarlo, porque respeto la intención de Doña Elena, aunque mañana o pasado quizá sin referirme a él haga unos reflexiones sobre lo que se plantea en el mismo, el que no lo entienda no merece leerlo, las cosas están ahí expuestas todas y hasta mas sublinimalmente, cuantas cosas se arreglarían se se entendiera y se aplicara lo que propone sin proponerlo Doña Elena es este post.
Me limito a copiarlo y pegarlo al tiempo que felicito efusivamente a Doña Elena por este post que mas merece llamarse articulo de altura.
Copy/paste:
Muuu o no muuuu?
Hace pocos días Llavero, me apostillaba el post sobreMingote y, entre otros maestros de la cosa del pincel, en sus comentarios y mis respuestas salió a relucir Alberto Calvo, ilustrador aragonés creador de “Supermaño” y de quien pueden disfrutar una viñeta sin moverse del sitio en la página de Heraldo.es . Como le decía a Llavero y como ampliaré un rato de estos, Alberto se consagró como pintor taurino hace un par de temporadas lo que no quita para que, a los amigos, nos haya brindado muestras de un humor gráfico taurino muy especial.
¿Muuu o no muuu?Shakesperiano aquí el maestro Calvo.
Y así me he levantado yo hoy. Con la calavera (de la vaca Matea) en la mano. Que miro las escaleras y no sé si subirlas… (alto el carro. Por ahí no, Pérez. Tú maña que maña. Manque pierda) o subirlas.
Dando vueltas al café he pensado en los novilleros de mañana, en que la novillada de Adelaida Rodriguez es una preciosidad (¿han visto que chorrada, que decía el “amigo Manuel” es esto de que la empresa tenga página web? Debe ser que como ahora la cosa la dan hecha y así no hay quien se cuelgue la medallica del “tenemos” “sabemos” “nos envía el ganadero” “hemos ido a la finca y nos ha dicho”. Mejor así).
También tenía pensado “atacar” a David Díez. Porque me pasó algo curioso el día que leí el post sobre clientela taurina . Esa mañana, por circunstancias, acabé tomando el tentenpié matutino en VIP’S (que también es desgracia que, en Zaragoza, para comerse un mollete -medianamente bien imitado- con aceite de oliva, tenga una que recurrir a semejante establecimiento tan “español”) Única ventaja (y también inconveniente ¿a qué esperan los periódicos y revistas españoles para quitarle la distribución de prensa a esa cadena? que parece aquello la hemeroteca municipal…) que hay sección librería y cuando voy, me quedo mirando (antes del mollete. Si un día compran un libro en VIP’S y la tapa tiene rastro de aceitillo, no he sido yo). Nada más entrar ese día y con el post de David todavía en la cabeza, vi un librito de técnicas de márketing y esas mandangas “Comportamiento del consumidor” y no pude por menos que ojearlo. No entiendo absolutamente nada de esas cosas pero sí lo suficiente como para ver reflejado lo que pienso en una cita:
“Percibo una reticencia creciente por parte de los responsables de márketing a usar el sentido común. Están confiando demasiado en los estudios y los utilizan como un borracho utiliza una farola: para apoyarse más que para iluminarse. “La cita, de un tal David Ogilvy.
Sentido común. Eso que, de puro común, está desapareciendo (¿para cuando la declaración como Patrimonio Inmaterial en Extinción?).
Me temo que, a veces, buscando buenos y nuevos caminos para la Fiesta, nos perdemos por vericuetos insondables. Aquí lo que falta es pasión. Ni los toros acostumbran a encenderla desde la arena (me canso ya de “emoción”, un poquito de imaginación que estamos empobreciendo el léxico taurino que es una pena) y que hay que plantarse ya (me lo dejo para otro post que este es largo) pero tampoco quienes se ponen ante ellos la derrochan (que sí, que Fandiño, Mora, Urdiales -o su primo el de Cuenca, sólo por nombrar alguno y sin ningún ánimo de señalar- son muy buenos toreros, pero la pasión no sé dónde la ponen que a mí casi nunca me llega ¿Comparable esa “pasión” a la que César Rincón, Joselito o hasta el mismísimo Robles con toda su frialdad castellana, destilaban y contagiaban a los tendidos?)
Y si es en el público… pasión, en algo más que ser “fan”. Que ahora se defiende a un torero ( o a un ganadero) casi igual que se defiende a Cristiano Ronaldo (si es que el pavo tiene defensa, que esa es otra) o a Messi. Y algo más que querer analizar el fenómeno de los toros como si fuera un negocio más. Es un negocio, pero no uno más. Si uno es cliente del Corte Inglés, no puede ser “cliente” de una plaza de toros. Porque el Corte vende productos y la pasión, la emoción (ya lo siento, que no me sale otra cosa) y lo que en definitiva se busca en un tendido, no se lo puede llevar uno con lazo y papel brillante. Uno adquiere una entrada para acceder a un recinto, pero no la varita mágica de los deseos.
Y si son las empresas (ellas, las únicas responsables de ese negocio) que se adapten a los tiempos, que en eso tiene toda la razón David y no sólo en ese post sino en muchos otros que lo ha reclamado, que todas las chorradas (¿Manuel?, te doy un sitio que no te mereces) son pocas y hace falta modernizar el “marketing” sí, pero con sentido común. Que, el aficionado, al acercarse a la taquilla tenga todas las garantías detrás del cristal y unos servicios a la última y todas las facilidades pero que, en el fondo, ese aficionado pueda sentir lo mismo que sentía su abuelo cuando tenía que agacharse para sacar la entrada en las diminutas taquillas de la Misericordia. Que no se pierda esa magia. Y para eso es donde la empresa (al márgen del negocio pero para fomentarlo) tienen que ofrecer (ofertar es tan feo) esa magia a través de detalles que ni son tangibles ni “consumibles”. Que no le cuestan un duro a nadie, vaya, y son lo que puede empujar a ese “consumo” que a la larga es lo único que mueve este y todos los cotarros. Y si los detallitos son para todo el mundo (abonados, paganos ocasionales y público en general), mejor. Que el dinero, más aún hoy en día, es igual de válido de unos y de otros. A veces, se nos olvida. Que cada vez más, por las circunstancias, será mayor número de ocasionales que de abonados. Y en esos ocasionales tendrá que haber de todo: folklóricos fandistas, sesudos castañistas y benditos morantistas. Y toristas. Siempre. Porque lo que está claro, que ningún “ismo” es capaz de sostener económicamente la Fiesta por sí solo. O somos tolerantes con lo que no nos gusta y constructivos, o esto no se lo cargan ni políticos, ni empresas ni el que lo inventó. Esto nos lo cargamos nosotros “más rápido que deprisa”.
Ejemplo facilito y bastante manido de buen hacer empresarial. Que el aficionado pueda saber de antemano y desde su casa cómo viene la novillada de mañana es perfecto. Pero que no quite para que, por la mañana, pueda haber en torno a los corrales el ambientillo de toda la vida. Para todo aquel que quiera, no para un coto cerrado. Y ya que salen los cotos cerrados, que está muy bien esto de Internet. Que es una gozada saber lo que piensa todo el mundo pero que no vayamos a perder también la pasión por culpa de los cables y la sustituyamos por más mala baba y más sectarismo que ya hay bastante. Eso ni es pasión ni es afición. Eso para los “messianicos” y los “cristianoronaldistas”, para nosotros -ni consumidores ni fans, aficionados a los toros que es mucho más-, no.
¿Hay mejor manera de hablar de toros que en una terracita con una cerveza bien fresca?
David, majete, que he intentado lo de “interactuar”, pero que no me sale. Me voy por los cerros de Úbeda. Mañana más y con cervecita y amigos habituales a ser posible.
Mejor en los bares del Portillo que en el del “mollete”. Aunque en éste se pueda ojear la prensa, es una costumbre muy fea. Una más de las que el “consumidor” debe ir olvidándose. Si exigimos responsabilidades a todo el mundo, no es mala cosa empezar a ser nosotros responsables.
Puro y duro sentido común.
PD No es que haya descubierto de pronto lo de enlazar con “palabritas sueltas”, no. Era reticente a emplear esta herramienta porque a mí no me gusta demasiado, cuando leo una página, irme a otra y a otra, pero comprendo que es el sino de los tiempos… modernizarse o morir. Tampoco se pierde tanto la esencia ¿no?
PD2 Al final, la escalera ha sido de subida. Como no podía ser de otra manera. Muuuu y muuuu, maestro Calvo.
Esta entrada fue publicada en La voz de otros, Noticias, Opinión y etiquetada como Heraldo, humor, la Misericordia. Guarda el enlace permanente.
Una amiga mía (que ya no está) para decir que sabía poco de algo decía siempre “yo es que estoy en primero de…” Pues eso, ando en primero de marketing, en segundo de toros y poco más. Pero con mucha pasión aprendiendo, oiga. Hasta con lo del ganchillo, que estoy en preescolar de crochet pero le juro que progreso adecuadamente. NO le digo más…
Eso sí, como lo de la Romareda hoy no funcione, mañana interactuamos pero, como ya te digo “en otros foros social-media” ya sabes lo que te oirás…