Joaquin Vidal hace 20 años ya preconizaba que la única solución era la huelga de taquillas, no comprar entradas ni abonos y dejar que los empresarios se empaparan de cemento en lugar de pesetas en aquel momento lo que equivaldría a Euros hoy.
El la crónica de la propia corrida del siglo Joaquin Vidal "El maestro de críticos" ya hablaba de esta alternativa de lucha para defender los valores de la corrida.
A los lamentos de los empresarios cuando la gente no pasa por taquillas, conviene responder que lloran su propia estulticia, porque son ellos quienes echaron al público de las plazas con ese subproducto fraudulento y hortera que inventaron para que unas figuritas de mentira exhibieran su mediocridad con las borregas.
Al público le vuelve a meter en las plazas la corrida verdadera, la de ayer; la que tiene emoción en todos los tercios; aquella en cuya lidia lances y suertes se multiplican y cuanto sucede en la arena suspende el ánimo, pues hay fiereza en el toro y el torero la somete con valor, técnica y galanura.
Así escribió Joquin Vidal que no Zaratrusta después de la corrida del siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario