Las demás TV. han hecho sepulcral silencio, luego se excusar con que la estaban a la espera de la nota oficial, www.voyalostoros.com que se autodenomina primer portal taurino de Colombia también ha guardado silencio, también se escudara en que esta a la espera de la nota oficial, pero realmente lo que ocurre es que pasándose de listos y pensando que la ley constitucional no permite esta decisión como tampoco piensan la permite el arrendamiento a la Corporación de Bogota que finaliza en 2.015 evitan posicionarse a la espera de que no se produzca la nota oficial y puedan quedar bien ante el cabildo que es lo que realmente les interesa y justificarse ante los aficionados diciendo que no ha pasado nada.
Por el contrario el portal www.somostaurinos.com, que es sumamente convencional,, si se ha hecho eco de la noticia pero cayendo en la tradicional confianza Colombiana de que si pienso que la cosa sera as,í sera así y no me preocupo, o lo que es lo mismo esconder la cabeza en la tierra como los avestruces, publicando el siguiente ilusorio articulo de su directora Sandra Mora que me honra con su amistad que y que paso a reproducir:
NO SE DESGASTE, ALCALDE
Por: Sandra Mora
Acabo de enterarme, por una nota de televisión, de que el señor alcalde no permitirá que se realice la temporada taurina en Bogotá. Eso lo discutimos, alcalde, y lo discutimos desde el conocimiento, desde la ciencia y desde los derechos de las minorías; de otro lado, le invito a no desconocer que la plaza de toros de Santamaría fue declarada monumento nacional deColombia a través de la Resolución 03 del 12 de marzo de 1982 y ratificada como tal por el Decreto 2390 del 26 de septiembre de 1984.
Esta, mandatario, es no sólo una plaza de toros; es un lugar sagrado, escenario de múltiples jornadas promovidas por políticos ilustres como Laureano Gómez y Jorge Eliécer Gaitán, quienes llenaban ‘hasta las banderas’ el coso de la 26; con total libertad las gentes escuchaban a liberales y conservadores y, con la misma libertad, líderes como Gustavo Rojas Pinilla, Guillermo León Valencia y Misael Pastrana, entre muchos otros, asistían a las corridas de toros. Sepa usted que, por esa y mil razones más, esta octogenaria plaza constituye parte fundamental de la memoria histórica de nuestro país, no sòlo taurina, sino política.
Cuántas generaciones de hombres y mujeres hemos vivido allí episodios inolvidables de nuestras vidas, siempre en libertad, ejerciendo los legítimos derechos consagrados a nuestro favor en la Constitución, los cuales usted ni conoce ni reconoce; cuántas historias tenemos para contarle a la historia; esa es la vida, alcalde, esa es nuestra vida y usted, creyendo moralmente admisible su actuación, cercena sin contemplaciones, incluso ilegalmente, el nervio más sensible de nuestra tradición y de nuestra cultura, mientras a los cuatro vientos ondea la bandera de una “Bogotá humana”.
Alcalde: Amo a mi ciudad; soy bogotana y taurina por herencia y convicción. Con ese patrimonio moral, me doy permiso de escribir que esta no es, faltaba más, ninguna Bogotá humana; que he sido condenada por usted a la exclusión, cuando se creía que como alcalde iba a trabajar para todo lo contrario. Los índices de pobreza, violencia contra las mujeres e inseguridad; una malla vial en estado deplorable, la inexistencia de garantías para el desarrollo de una primera infancia y adolescencia dignas, educación con serias limitantes, el atropello al adulto mayor, el incumplimiento de metas en materia de vivienda para los pobres y para las víctimas, la salud que continúa en cuidados intensivos, la nula inversión en ciencia, tecnología e innovación, son sólo algunos de los temas que exigen su acción inmediata y efectiva, y que sí deberían ser motivo de su preocupación y ocupación. Pero usted, en su afán de conseguir cómo satisfacer sus intereses políticos personales, ha decidido que lo ético es seguir en campaña.
Acabo de enterarme, por una nota de televisión, de que el señor alcalde no permitirá que se realice la temporada taurina en Bogotá. Eso lo discutimos, alcalde, y lo discutimos desde el conocimiento, desde la ciencia y desde los derechos de las minorías; de otro lado, le invito a no desconocer que la plaza de toros de Santamaría fue declarada monumento nacional deColombia a través de la Resolución 03 del 12 de marzo de 1982 y ratificada como tal por el Decreto 2390 del 26 de septiembre de 1984.
Esta, mandatario, es no sólo una plaza de toros; es un lugar sagrado, escenario de múltiples jornadas promovidas por políticos ilustres como Laureano Gómez y Jorge Eliécer Gaitán, quienes llenaban ‘hasta las banderas’ el coso de la 26; con total libertad las gentes escuchaban a liberales y conservadores y, con la misma libertad, líderes como Gustavo Rojas Pinilla, Guillermo León Valencia y Misael Pastrana, entre muchos otros, asistían a las corridas de toros. Sepa usted que, por esa y mil razones más, esta octogenaria plaza constituye parte fundamental de la memoria histórica de nuestro país, no sòlo taurina, sino política.
Cuántas generaciones de hombres y mujeres hemos vivido allí episodios inolvidables de nuestras vidas, siempre en libertad, ejerciendo los legítimos derechos consagrados a nuestro favor en la Constitución, los cuales usted ni conoce ni reconoce; cuántas historias tenemos para contarle a la historia; esa es la vida, alcalde, esa es nuestra vida y usted, creyendo moralmente admisible su actuación, cercena sin contemplaciones, incluso ilegalmente, el nervio más sensible de nuestra tradición y de nuestra cultura, mientras a los cuatro vientos ondea la bandera de una “Bogotá humana”.
Alcalde: Amo a mi ciudad; soy bogotana y taurina por herencia y convicción. Con ese patrimonio moral, me doy permiso de escribir que esta no es, faltaba más, ninguna Bogotá humana; que he sido condenada por usted a la exclusión, cuando se creía que como alcalde iba a trabajar para todo lo contrario. Los índices de pobreza, violencia contra las mujeres e inseguridad; una malla vial en estado deplorable, la inexistencia de garantías para el desarrollo de una primera infancia y adolescencia dignas, educación con serias limitantes, el atropello al adulto mayor, el incumplimiento de metas en materia de vivienda para los pobres y para las víctimas, la salud que continúa en cuidados intensivos, la nula inversión en ciencia, tecnología e innovación, son sólo algunos de los temas que exigen su acción inmediata y efectiva, y que sí deberían ser motivo de su preocupación y ocupación. Pero usted, en su afán de conseguir cómo satisfacer sus intereses políticos personales, ha decidido que lo ético es seguir en campaña.
La ley constitucional esta repleta de agujeros y ventanas por las que cualquier consistorio o departamento puede encontrar argumentos para sin violarla proceder a la prohibición de la corrida y esto es lo que nadie parece querer darse cuenta.
Por otro lado El Espectador primer periódico de Medellin publica este otro ilusorio articulo firmado por un abogado constitucionalista
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