sábado, 12 de enero de 2013

LA UNIDAD DE LOS AFICIONADOS COLOMBIANOS CONTRASTA CON LA DESUNION POR MISERABLES INTERESES DE LOS ESPAÑOLES


Tiene una explicación lógica, en Colombia los toros son caros, la sociedad tiene unas costumbres de una cortesía y sentido del honor y dignidad bastante diferente que los aficionados españoles teóricamente mas combativos que realmente están corrompidos hasta el tuétano  no son muchos pero hacen mucho ruido, por que lo aficionados combativos honestos son muchos mas pero desunidos por los corruptos.

En Colombia a nadie que este afiliado a una peña, barra, o Asociación sabe que lo esta para luchar por la fiesta y contribuir hasta económicamente en su defensa, a nadie se le ocurre sacar beneficio propio y si a alguien se le ocurriera seria expulsado de inmediato.

En medio de este marco de honestidad y limpieza cada uno va por su camino pero en los asuntos importante se unen como una piña, aquí se puede ver con esta carta dirigida y entregada a Cesar Rincón  que también han hecho publica para general conocimiento, carta que firman todos los presidente de Peñas, barras y Asociaciones taurinas de Bogota.

Paso a reproducirla:


Respetado Maestro:

Por respeto a su grandeza como matador de toros, la afición organizada de la Fiesta Brava no se había dirigido a usted para reclamarle su pasividad en la defensa de la misma, una fiesta legalmente aceptada y regulada, avalada expresamente por nuestra Corte Constitucional y que hoy vemos atacada sin fundamento por un alcalde autoritario y soberbio. Sin embargo, sus últimas declaraciones a la cadena radial Caracol, nos obligan a solicitarle que manifieste sin ambigüedad si usted  acepta, o peor aún, promueve las corridas incruentas.

Queremos manifestarle que para los abajo firmantes, quienes presidimos las más antiguas e importantes Peñas y Porras Taurinas de la ciudad, ha sido muy doloroso no haber estado acompañados por nuestro ídolo, usted, la más grande figura del toreo nacional y en su momento mundial,  en la lucha que hemos librado contra la arbitrariedad de un alcalde que busca impedir la celebración de corridas de toros en el templo que fue construido para este fin, la Plaza de Toros de Santamaría, o por lo menos imponer una fiesta mutilada simplemente para atender sus gustos y caprichos  probablemente como producto de su ignorancia sobre lo que dicha fiesta es y representa. Ahora bien, sería mucho más doloroso, inconcebible e inaceptable,  que esa lucha que seguiremos librando en defensa de nuestra fiesta, lo tuviera a usted, quien logró toda su gloria y toda su fama por ser un gran matador de toros, como contraparte. Suponemos que en su caso esa posición no sería producto del desconocimiento, sino probablemente el efecto de intereses muy particulares.

Creemos firmemente que la grandeza adquirida con el ejercicio de su profesión y el ser el ídolo de una enorme afición como la de Bogotá, le obliga a renunciar a esos probables  intereses en defensa de lo que precisamente lo hizo grande e ídolo. En esa medida, esperamos su pronunciamiento explícito y enfático en defensa de la integridad de la Fiesta Brava y a favor de su restablecimiento en la ciudad de Bogotá, ciudad en la que tomó su alternativa, se despidió de los ruedos en medio de la gloria acompañado por toda su afición y cuya perdida para el mundo taurino tendría probablemente serias repercusiones en el resto del país.

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